Más de 16.000 hectáreas son devueltas a pueblos indígenas Sikuani y Piapoco, en Meta y Vichada

La Unidad de Restitución de Tierras (URT) restituyó más de 16.000 hectáreas a las comunidades indígenas seminómadas Sikuani y Piapoco, en un esfuerzo por sanar las heridas dejadas por décadas de conflicto armado.

Este acto se llevó a cabo en los territorios ancestrales de Florida Kawananae, ubicados entre Puerto Gaitán (Meta) y Cumaribo (Vichada), marcando un paso crucial en el camino hacia la justicia y la reconciliación nacional.

Fallo judicial pionero

La entrega del territorio se dio en cumplimiento de la sentencia del 17 de agosto de 2023 por la Sala Especializada en Restitución de Tierras del Tribunal Superior del Distrito Judicial de Bogotá.

Esta decisión es la primera en su tipo para estas comunidades indígenas en Meta y Vichada. Establece un precedente judicial favorable para la restitución de derechos territoriales a pueblos indígenas.

Restablecimiento de derechos y tradiciones

El fallo ordena el restablecimiento de los derechos territoriales de los sikuani y piapoco, quienes han sido gravemente afectados por desplazamiento y confinamiento durante el conflicto armado interno.

Estas comunidades perdieron su territorio y los elementos vitales de su cultura, cosmogonía y tradiciones, situándolos al borde del exterminio.

Cooperación interinstitucional

La entrega fue realizada en colaboración con la Defensoría del Pueblo a nivel nacional y contó con el apoyo de las Fuerzas Militares y la Policía Nacional.

Además, la URT trabajó conjuntamente con la Unidad para las Víctimas para implementar el Plan Integral de Reparación Colectiva para Pueblos y Comunidades Indígenas (PIRC), asegurando un enfoque holístico y efectivo en la restitución de derechos.

Impacto del conflicto en el territorio

Los territorios ahora restituidos habían sido impactados por actividades ilegales, proliferación de laboratorios de procesamiento de coca y pistas de aterrizaje clandestinas, que también fueron utilizadas como fosas comunes.

Giovani Yule, director de la URT, subrayó la magnitud del sufrimiento enfrentado por estas comunidades: “Las familias y el territorio colectivo han sufrido todo tipo de violencias en medio de la guerra, son víctimas de abandono por los desplazamientos masivos forzados, se afectó su derecho a la posesión, uso y goce del territorio. Y su relación espiritual con la tierra también se deterioró’.

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